22 September, 2011

Pinches Camioneros

 

 

No lo puedes negar, por lo menos una vez en tu vida has aplicado esta frase, usuario o no del transporte colectivo de nuestra ciudad todos nos vemos afectados por “las malas maneras” de este ser que tiene en sus manos el volante.

Primero debo dejar claro que así como existen choferes totalmente profesionales  y respetuosos a su oficio,  existe la contraparte por la cual muchos tenemos quejas pero no podemos dejar de lado que así como existen choferes patéticos existimos usuarios que hacen un mix horrible de tan socorrido transporte.

En cuanto usuario, va del típico que a pesar de existir paradas oficiales para él es fácil  decidir en dónde debe parar el camión ya sea para abordarlo o para bajar de él, no importa si un metro antes otra persona bajó o subió la cosa es desgastarse lo menos posible no importa el trafico causado, la cosa es tener servicio a la medida. Obvio no podemos olvidar al “chavo” que se sube a rayar y dejar plasmado un tipo de arte bastante corriente, con plumón o tijeras, asientos o vidrios se ven afectados ante estos “artistas” juveniles.

Todo lo antes mencionado y en combinación con un pinche camionero hacen que el uso necesario de un autobús se convierta en un verdadero infierno.  No suficiente con las precarias condiciones que tienen estos vehículos, no contentos con los destrozos que causamos como usuarios tenemos que lidiar con el que literal lleva el mando.

¡Pinche camionero!, se puede esperar 5 o hasta 10 minutos en un alto para subir pasaje, ¡caray ¡está bien no andar a prisa pero es un exceso,  obvio cuando el chofer tiene prisa te debes agarrar de lo que puedas, salta topes; compite con el de la misma línea, a pesar de hacerle la parada se detiene cuando los frenos lo permiten, obvio sin respetar los lugares oficiales para eso. Se toma todo el tiempo del mundo cuando llega con su cuate el que cobra por dar los tiempos entre un camión y otro y así comienza el cálculo mental para saber la velocidad promedio que debe aplicar a su máquina.

Molesto es ver que entre chofer y ayudantes en lugar de dar buen servicio lo empeoran, dos cabezas lo único que hacen es ir jugando en el camino, viendo personas y automóviles pasar, desnudando con la mirada a las usuarias. A pesar de un sobrecupo evidente en el camión el pinche camionero sube  y sube más gente y se oye su voz rasposa “pásele hasta el fondo dos filas”, no es mucha ciencia saber que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio.

Malos tratos y sobre todo, muchas veces sin una licencia que lo avale como apto para manejar un autobús hacen del pinche camionero un ente que afecta tanto a los que usan el transporte como a los otros usuarios de las vías públicas, regularmente manejan sin tener sentido básico de la física y parece que la calle es solo para ellos, las mentadas de madre no bastan; están curados de espanto, no oyen ni el claxon ni la voz ya sea de uno o varias personas. Obvio cuando el automovilista llega a su límite y se baja a retarlo, el mejor lugar para permanecer casi bunker es su “unidad”.

 

No debemos dejar de lado la selección musical que durante el trayecto debemos  aguantar, además del frio o extremo calor ya que la puerta se cierra sólo a voluntad del que esta frente al volante.

Una bomba que no es de tiempo porque hace muchísimo explotó, usuarios afectados estamos hartos de este ente pero por desgracia el gobierno en lugar de ordenarlos, hacerlos eficientes, reducir el número de ellos, lo que hace es dar más y más concesiones a particulares, no importa si un viernes por la tarde Morelos tiene fila interminable de camiones, y por desgracia todos vacíos y contaminando, eso no hace diferencia… el permiso esta dado.

Quejarse no sirve de mucho y menos en estos casos que el problema vive tan entrelazado con gobierno y sus excelentes formas de escuchar a la gente, lo que sirve es hacer conciencia  en lo que si podemos cambiar y sólo es no ser malos usuarios, obviamente si puedes cambia de transporte, camina un poco, desempolva la bicicleta, comparte automóvil, solo así la cosa cambiará…

 

 

 

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